La ecualización del sonido es un proceso en el que el técnico de sonido aumenta (sube) o disminuye (baja) los niveles de señal de determinadas frecuencias de audio. La mayoría de los sonidos que oímos son complejos, lo que significa que contienen señales de audio en muchas frecuencias diferentes. Como el ajuste de los niveles de frecuencia requiere una herramienta especializada, se creó el ecualizador (abreviatura de Equalization).
El oído humano generalmente puede oír sonidos que van de 20 Hz. a 20 kHz. Por supuesto, a medida que envejecemos, nuestra capacidad auditiva disminuye y esta gama de frecuencias de audio también se reduce.
La ecualización puede utilizarse para mejorar la grabación de un instrumento o una locución. Sin embargo, no puede ni debe utilizarse para arreglar una grabación deficiente. Si no estás satisfecho con la grabación del sonido, el ingeniero de sonido querrá inicialmente comprobar la colocación del micrófono, o utilizar otro micrófono con características tonales diferentes.
En general, al utilizar EQ, un buen ingeniero prefiere cortar o ganar señales de audio en determinadas frecuencias en lugar de potenciarlas. Una grabación suena más natural cuando se reducen los sonidos no deseados, en lugar de potenciar las frecuencias deseadas. El motivo es que cuando se añade ganancia a determinadas frecuencias mediante el ecualizador, se está utilizando la herramienta de ecualización como un preamplificador. Como el ecualizador no está diseñado para funcionar como un preamplificador, el aumento de las frecuencias añadirá artefactos no deseados y poco naturales a la grabación.
El oído humano es más sensible a las frecuencias medias y altas. Debido a esta sensibilidad, los grandes aumentos en esta gama pueden hacer que un proyecto suene áspero o estridente.
Las herramientas de ecualización pueden estar basadas en el hardware, pero con el paso de los años, las aplicaciones de ecualización basadas en el software se han impuesto cada vez más, y se utilizan como plug-ins o complementos de una plataforma de grabación.
Hay muchos tipos diferentes de herramientas de ecualización. Las dos más comunes son los ecualizadores gráficos y paramétricos. Un ecualizador gráfico consiste en un banco de deslizadores para potenciar y cortar diferentes bandas (o rangos de frecuencias) del sonido. El número y la anchura de los filtros depende de la aplicación
Un ecualizador paramétrico consta de mandos de control que sirven para ajustar la ganancia, el ancho de banda y la frecuencia central. Algunas herramientas de ecualización no tienen un control para el ancho de banda, ya que está diseñado para ser fijo. Se denominan ecualizadores cuasi-paramétricos o semi-paramétricos.
A continuación se muestran algunos preajustes básicos de ecualización que se encuentran habitualmente:
Low Shelf filter: funciona como el mando de control de los graves en un sistema estéreo. Los filtros de Estante Bajo ajustan el nivel de la señal en la frecuencia establecida y en todas las frecuencias por debajo de ella.
Low Shelf filter : funciona como el mando de control de agudos de un equipo de música. Los filtros High Shelf ajustan el nivel de la señal en la frecuencia establecida y en todas las frecuencias por encima de ella.
Ganancia - Ajusta el nivel de la señal en la frecuencia establecida, y en algunas frecuencias circundantes. El ajuste Q determina cuántas frecuencias circundantes se ven afectadas.
Q (o factor Q) - También llamado Resonancia o Ancho de banda. Establece la cantidad de frecuencias circundantes que se verán afectadas. La anchura del Q suele expresarse en términos de octavas.
Aumentar las frecuencias armónicas de un instrumento añadirá lo que muchos ingenieros llaman presencia, claridad o brillo. Las frecuencias más bajas se utilizan para dar garra o presencia; las más altas se utilizan para acentuar la claridad o el brillo.
En Voice Crafters, solemos empezar con una plantilla de ecualización cuando grabamos vocalizaciones, y ajustamos la configuración en función del timbre de la voz del actor. Por lo general, utilizamos un corte bajo (o paso alto, lo que prefieras) en torno a 80-100 Hz para los hombres, y hasta unos 120 Hz para las mujeres, para reducir la turbiedad de las voces.
Por supuesto, las herramientas más importantes para afinar las frecuencias deseadas son nuestros oídos. Ser capaz de ajustar las frecuencias adecuadas para dar vida a una interpretación vocal requiere años de experiencia y conocimientos. Por tanto, es importante ser selectivo a la hora de elegir las instalaciones y los técnicos adecuados para tu proyecto.
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